Etimológicamente la palabra sistema viene del latín systema, con el mismo significado, a su vez del griego σύστημα, y significa "conjunto".
Un sistema de juego representa siguiendo a Teodorescu, L. (1984) “La forma general de organización de un equipo, la estructura de las acciones de los jugadores en ataque y en defensa, donde se establecen misiones precisas y principios de circulación de colaboración en el seno de un dispositivo previamente establecido”
Cualquier sistema de juego, se caracteriza, por una disposición de partida y por un funcionamiento entre los jugadores a partir de la disposición inicial. Si analizamos diferentes partidos de fútbol, podremos comprobar que los modelos de organización competitiva no son estereotipados, ya que reflejan como característica principal la flexibilidad. Jean-Francis Gréhaigne (2001) afirma que “En el fútbol moderno de alta competición no existe, en teoría, un sistema estricto y rígido. A partir de una trama de juego común, en función de la importancia del partido, de la evolución del marcador y del transcurso del tiempo, los jugadores pueden cambiar o hacer evolucionar su modo de juego adoptando un tipo de comportamiento u otro”.
Si a través del modelo de juego hemos definido al equipo como una realidad dinámica, marcada por la constante variabilidad de un juego que contínuamente reproduce situaciones desiguales en sus condiciones, en sus decisiones o en sus resultados, podríamos afirmar que una de las propiedades de los sistemas de juego, como parte de la estructura del modelo de juego (no como un fin en si)de un equipo, es poseer una dinámica obligatoria de reajuste de la gestión del desorden que genera el comportamiento con y sin balón del conjunto frente al adversario.
Así pues, podríamos definir sistema de juego como las referencias pautadas que sirven de unión imaginaria y funcional entre los miembros de un equipo para dinamizar las resoluciones individuales y colectivas de los requerimientos y exigencias del juego del fútbol. Es la forma que se escoge para jugar colectivamente frente a otro equipo, desarrollando el modo en el que se ataca y la manera en que se defiende.
El juego es en realidad un sistema de relaciones que se producen en las situaciones motrices de colaboración y oposición; la existencia o no de un sistema de juego en un equipo no viene determinada sólo por la posición que adopten los jugadores en el terreno de juego, sino porque de esa distribución emerja la forma de jugar colectivamente frente a un rival, cuando se tenga el balón y cuando no se tenga.
Tres de las características fundamentales para el buen funcionamiento de un sistema son:
1. Organización racional del espacio.
2. Adaptable al sistema de juego del adversario.
3. Modificable a causa de aspectos estratégicos
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